El fin del mundo ha llegado y es un fin del mundo asfixiante, coronado por
un cielo que nunca antes había tenido ese color. Es el momento de la
huida, hacia la familia que hemos dejado
en otro sitio, hacia el mar, hacia el pueblo en el que crecimos. Miles de
huidas que provocan un atasco de pesadilla, con coches que ganan unos pocos
metros antes de pararse durante horas.
Cada uno encerrado en su coche, esperando a que les alcance esa negrura que
dejaron atrás. Y ahí, en medio de todos, se comete un asesinato. Un último caso
para Samuel, que es policía, o al menos lo era, que en ese escenario necesita descubrir
al asesino y cuál es la razón por lo que lo ha hecho.
Pronto será de noche es un cambio radical si lo comparamos con el pastiche
lovecraftiano “El nombre de los muertos” (que reseñé en su día), y si Cañadas ya
alcanzó un nivel alto con la anterior novela con ésta se supera, consiguiendo
que este octavo libro de la colección Insomnia de Valdemar sea una auténtica
joya.
La premisa es muy clara: el fin del mundo ha llegado. No sabemos exactamente
qué ocurre o por qué ocurre, pero ni falta que nos hace para impregnarnos de la
angustia y del terror que sienten los personajes. Lo que sí sabemos es lo que
ha provocado: el movimiento en masa de gente huyendo. Una fila interminable de
autos donde cada uno pasa sus últimos momentos como puede, una situación que
asombrosamente se vuelve claustrofóbica. Por mucho que pienses que al fin de
cuentas están en una carretera rodeados de campo, la sensación de no tener a donde ir
y de que el mundo se ha reducido a un vehículo es pavorosa.
En semejante escenario nos encontramos una buena colección de personajes:
Samuel, nuestro investigador; Alicia, que está embarazada; el taxista Alfonso; Abreu,
un periodista/escritor que esperaba mucho de la vida; Cándido, un abuelo que es
el único preparado para lo que está ocurriendo; Inés, la beata que acompaña a
un buen montón de niños en un autocar escolar; el médico que en medio de ese
caos encuentra la muerte a manos de otra persona y tantos otros que me dejo en
el tintero. Como os podéis imaginar ésta es una novela de personajes y ninguno
te deja indiferente, cada uno con una historia detrás y con un objetivo que
conseguir antes de morir.
La verdad es que lo que ha hecho Cañadas con los personajes en esta novela
es fascinante. Según avanzan las páginas van mutando y te das cuenta que los
juicios que te habías hecho sobre ellos están muy lejos de la realidad. Además,
la situación en la que están no hacen precisamente de ellos un grupo de boyscouts,
por lo que agarraros para las escenas que van a protagonizar.
Pronto será de noche es una historia dura, brutal, en la que no hay
respiro. Una sucesión de escenas que te golpean sin tregua, pero es que ni
cuando acabas el libro descansas ya que esta novela es de las que se quedan
contigo. ¿Ves el toro de Osborne de la portada? Compañero de viaje y símbolo
patrio. Bueno, pues después de leer a Cañadas no lo vas a mirar igual. Hasta
ese nivel llega. Y si te parece poco todo esto, recuerda que tenemos un
asesinato que resolver, que tenemos el cadáver de un médico metido en un coche.
Para mí, Pronto será de noche se ha catapultado
directamente a imprescindible del género. Grande Cañadas, que nos ha dado
una paliza con este libro.