Una mañana aparece en un parque de Valladolid el cadáver de
una joven ecuatoriana. La mutilación de sus párpados y el encuentro de unos
versos en su boca lleva a pensar que no estamos ante un asesino común, un hueso
duro de roer al que tendrá que enfrentarse el inspector de homicidios Ramiro
Sancho. La investigación se irá
complicando y Sancho, junto a un especialista en el comportamiento de este tipo
de asesinos, tendrá que hacer frente a
un psicópata narcisista extremadamente inteligente antes de que siembre el
terror por la ciudad.
Memento mori es el primer libro de la trilogía Versos,
canciones y trocitos de carne de César Pérez Gellida y la verdad es que es un muy
buen comienzo. Un thriller de acción de los que empiezas y es muy complicado
separarse, por lo que si sois lectores de coger el libro antes de dormir es muy
probable que os robe alguna hora de sueño. Además tiene un marcado carácter
cinematográfico: mucha acción, un ritmo muy rápido, abundancia de diálogos y buenas
descripciones con los que el autor consigue una lectura muy amena y seductora.
Esta novela tiene varios aspectos destacables. El principal,
y a mí es algo que me ha gustado especialmente, es que os vayáis olvidando de descubrir al
final de la historia quién es el asesino. En Memento Mori lo vamos a conocer
desde el principio, con nombre y apellidos. Nos vamos a meter en su cabeza,
vamos a conocer quién es su familia, a qué se dedica y cuál es su historia,
encontrándonos con un sociópata despiadado y narcisista, extremadamente
inteligente y con unos conocimientos amplísimos fruto de una esmerada
educación.
Por conocer, vamos a conocer hasta sus gustos musicales y
literarios, otro de los aspectos destacables del libro. A César Pérez le gusta
la música y si no es así, lo disimula muy bien, ya que está muy presente en el
libro, desde capítulos titulados con letras de canciones a escenas donde la
canción puede llegar a sonar en tu cabeza. Si te gusta Depeche Mode, Rammstein,
Héroes del silencio, Vetusta morla, Love of Lesbian por citar sólo a algunos, va a ser inevitable que no se te escape una
sonrisita. Prácticamente estamos hablando de un libro con banda sonora.
Al otro lado de la balanza tenemos al inspector de
homicidios Ramiro Sancho y al psicólogo criminalista Armando Lopategui, también
conocido como carapocha, por lo que ya os podéis imaginar que no es muy agraciado.
Sancho es un personaje con mucho carisma, serio y riguroso, un policía de los
pies a la cabeza al que acabas cogiendo cariño. Sus conversaciones con
Lopategui sustentan el libro. Los secundarios que les dan apoyo no se quedan
atrás y están tan cuidados como los personajes principales.
Que conozcamos al asesino desde
el principio nos puede llevar a pensar que se quita interés para la trama. Nada
más lejos de la realidad. César Pérez es capaz de meter tantos giros que al
final te deja sin respiración, y además siempre hay alguien que no sea lo que
parece ser, ¿verdad?
Lectura más que recomendable, eso
sí, con final abierto, pero ya llevan tiempo publicados los otros dos libros de
la trilogía por lo que no hay necesidad de esperar para disfrutar de toda esta
historia. Por mi parte tengo muchas ganas de tener entre mis manos el segundo y
continuar con la investigación del inspector Sancho.
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