Poco recuerda Thomas
cuando despierta dentro de esa caja que a todas luces parece un ascensor. No
recuerda su aspecto, su edad o de dónde viene, sólo su nombre permanece en el
libro en blanco en el que se ha transformado su mente. Lo que se encuentra cuando se abren las
puertas tampoco le sirve de mucha ayuda.
Una multitud de chicos le dan la bienvenida a una zona a la que llaman “El
Área” en la que viven, cultivan y hacen todo lo posible para sobrevivir , una
zona rodeada de altos muros que todas las noches se cierran para protegerlos de
lo que hay ahí fuera, del Laberinto y de las terribles criaturas que lo
pueblan.
Sin embargo llega un día en que la rutina se rompe y en el
ascensor llega una chica, el desencadenante para que los chicos abandonen esa
zona relativamente segura y se aventuren en el Laberinto. Tal vez haya un mundo
más allá en el que encontrar explicaciones y recuperar los recuerdos que todos
han perdido. Nunca, ni en sus peores pesadillas, se hubieran podido imaginar lo hostil y poco idílico que es
ese mundo.
Y qué coraje da cuando te encuentras una trilogía de un
escritor que no ha sabido dar un buen final a su historia. Tras un espectacular
primer libro del que es casi imposible separarse y un segundo que le va a la zaga, Dashner naufraga a la hora de
intentar dar explicaciones y cerrar la historia. Es complicado entender qué ha ocurrido en esta
trilogía. Tras dos libros en los que se disfruta de unos personajes definidos,
carismáticos independientemente de su juventud, llegamos a un tercer libro en
el que ya no es que no crezcan, es que se arrugan y pasan a ser caricaturas.
Tras dos libros con una muy buena utilización de la acción que te pone el
corazón en la boca en muchos momentos llegamos a un tercer libro en el que se corre de un lado a
otro sin ton ni son. ¿Qué ha ocurrido
Dashner? ¿Presiones externas para acabar rápido? ¿O es que no has podido cerrar
la trilogía como a ti te hubiera gustado por un supuesto cuarto libro con el
que no contabas al principio?
Una lástima. El corredor del laberinto” destaca como novela
del género mimado al que ahora llaman “Joven Adulto”y que cada vez tiene más
presencia en las estanterías de las librerías. A pesar de tener un cierre que
dice poco, no puedo dejar de recomendar los dos primeros libros y disfrutar de
la buena ambientación que hay en ellos así como del batallón de preguntas que se forma
según avanza la historia. Sí, puede que suene contradictorio, pero es que es
una de esas historias en las que hay que disfrutar del camino más que del desenlace.
Segundo libro
finalizado este año. Quedan 48 para alcanzar la cifra propuesta en el reto
“Leamos 50 libros”
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